En una época calurosa como el verano, los coches se vuelven más peligrosos y causan un mayor número de averías, confirma el RACE (Real Automóvil Club de España) en un informe.
Elementos como los neumáticos, los frenos (pastillas y discos) y los líquidos sufren especialmente ante las temperaturas extremas propias de la temporada estiva, algo que hay que tener en cuenta a la hora de acudir a uno de los centros homologados de ITV. Asimismo, pasos como la medición de la presión de las ruedas, la cual debe realizarse en frío, resulta más complicada en verano.
Frenos y líquidos
En el caso de las pastillas de freno, el calor provoca que estas vean reducida su eficacia, ya que se calientan mucho más rápido; un problema al que se añade el líquido del sistema de freno, que sufre las mismas consecuencias y puede alargar el tiempo de frenada.
Otro líquido que también tiende a experimentar cambios durante esta estación del año es el aceite del motor, que se vuelve más líquido y varía su volumen, dando lugar a posibles sesgos en las lecturas que hacen los sensores.
Prueba de gases
Por último, la prueba de gases que tiene lugar durante la inspección también puede convertirse en un quebradero de cabeza por culpa de episodios puntuales de contaminación excesiva.
Fuente: https://www.elperiodico.com/es/trafico-y-transportes
