Hay elementos que podríamos descuidar en nuestro coche, con el inevitable resultado de una ITV desfavorable. Son los que llamamos desperfectos estéticos y desperfectos de la carrocería, que muchas veces son fáciles de pasar por alto.
La inspección de la carrocería y otros elementos estéticos del vehículo se lleva a cabo por un inspector de forma visual. Para comprobar puntos conflictivos, como la presencia de óxidos, se establecería contacto físico con la carrocería – con la mano o una herramienta se aplicaría presión física. En cualquier caso, esta inspección está sujeta en gran parte al criterio del inspector, que es quien determinará si los defectos son graves o leves, y por tanto, si el resultado de la ITV es favorable o desfavorable.
Uno de los puntos en los que más hincapié se hace es en el presencia de aristas vivas o cortantes. Estas aristas pueden estar originadas por un golpe a baja velocidad, y suelen estar presentes en paragolpes rotos o rajados. Se consideran un defecto grave. Si elementos como los paragolpes presentan riesgo de desprendimiento o están incorrectamente fijados, también incurriríamos en un defecto grave. No podemos llevar piezas del exterior del coche sujetas con bridas o cinta americana.
No obstante, una abolladura o un rozón causado por la columna de un aparcamiento no son considerados defectos graves, ya que no ponen en peligro a nadie. Esta norma es aplicable a las molduras de la carrocería, que deben estar correctamente sujetas a la misma.
En cuanto a elementos como el parabrisas, no debe contener impactos o fisuras en el campo directo de visión del conductor, y tampoco rajas en su superficie. Superficie que debe ser correctamente barrida por los limpiaparabrisas, cuyas escobillas deben estar en buen estado. Es igualmente importante que el lavaparabrisas funcione. Una escobilla desprendida o que no barra el campo de visión suficiente es un suspenso directo en la inspección.
Todas las puertas del coche deben abrir y cerrar correctamente, estando sus cerraduras y bisagras en buen estado. Si una puerta está descuadrada o la bisagra está oxidada, podríamos no superar la inspección.
Por último, las ITV son exigentes con el óxido. Aunque en España no suele suponer un problema, nuestros vehículos pueden desarrollar puntos de óxido. Estos puntos de óxido se originan por fallos en la pintura o golpes, y si no se reparan pueden a la larga comprometer la integridad del panel de la carrocería, o incluso del propio chasis del vehículo.
Fuente: https://www.diariomotor.com/esenciales/itv/defectos-carroceria/