Algunas de las piezas o sistemas cuyo incorrecto funcionamiento puede desencadenar en un aumento del consumo de combustible del vehículo son:
- Filtros de aire sucios: no tenerlos en buen estado puede limitar la cantidad de aire que fluye hacia el motor del coche, lo que hace que trabaje más. Este hecho puede aumentar hasta en 10% el consumo de carburante del vehículo.
- Bujías en mal estado: dado que estas piezas son las encargadas de proporcionar la chispa para que se produzca la combustión, si no están en buen estado no se puede garantizar el consumo correcto ni el control de las emisiones de gases.
- Batería en malas condiciones: si esta pieza no funciona correctamente, no llegará suficiente energía a las bujías, por lo que aumenta el consumo de combustible.
- Presión incorrecta de los neumáticos: tener las ruedas con poco aire puede suponer que el consumo de carburante aumente en 5%, ya que crece la superficie de contacto con el suelo.
También la DGT, indica con buenos hábitos al volante se puede reducir un 15% las emisiones del vehículo y, además, rebajar su consumo de combustible. Aquí van otros consejos para lograr una conducción sostenible:
- Al arrancar el vehículo no es necesario acelerar, ya que al hacerlo se consume combustible inútilmente.
- Utilizar la primera marcha para iniciar el recorrido, sin necesidad de una gran aceleración.
- Anticipar el cambio de marcha. Elevar las revoluciones del motor del vehículo por encima de lo necesario, a la hora de cambiar de marcha, no es recomendable (mecánicamente el motor sufre más y contamina más).
- Utilizar marchas largas a bajas revoluciones el mayor tiempo posible.
- Mantener una velocidad lo más uniforme posible, sin acelerar ni frenar innecesariamente. Esto provocaría un incorrecto aprovechamiento de la energía y el combustible.
- Usar el freno motor. Al hacerlo, el consumo será cero y reducirá el desgaste del sistema de freno.